Quisiera que cuando despiertes,
lo hagas bajo el manto de un soplido en tu cara
que encierra mi alma y todo mi amor por vos.
Y verte reir envuelto en esa pesadez de la mañana
que nos guía en compañía del calor
y de los cuerpos celestes que nos cuidan.
Y mirándonos con las manos
seamos esos hilos dorados, nosotros mismos.
Ser y estar en el hoy y que despues de la tormenta
sólo quede florecer, esclarecer, ser y sencillamente.
Verte despertar todas las mañanas
bajo el manto de mi abrazo, que te envuelve.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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