No cesa en mi, no cesa. Y vuelve a provocar escribir y hacer, deshaciendo rulos en mi mente. Aclarando panoramas de aparente discrepancia. Buscando, hondo y profundo. Sabiendo y no entendiendo nada. Entendiendo, sin saber qué.
Y miro alrededor, y me veo. Y observo los papeles, los cheques, la luz, el aire, la ventana, las puertas, la pintura mal ubicada en el techo, la radio que no es radio, los carteles, los cuadritos… y veo las plantas y mi sahumerio entre ellas “liberándome” imaginariamente de esa “mala onda” que genera a veces tal encierro, no en mí, no en vos… pero en todos.
Dadas palabras introductorias, dadas las aclaraciones de tiempo y espacio, ¿qué siento detrás de eso?; ¿a dónde voy y a dónde vas?; ¿qué buscamos y dónde?...
Será que… o que… o tal vez sea que…
O simplemente, esta vez, por única que parezca, prefiero respirar intensamente, sintiendo aires limpios entrando en mi cien, aunque verdaderamente no lo sean; sentir en mi imaginación que los sueños lo pueden todo. Creer, como creo en momentos de luz, que la energía es nuestra gran salvación, que existe, que se siente y que nos hace lo que somos… que, no en vano, siento la atracción que siento, no en vano me dejo llevar por mi ser amoroso, no en vano te entrego todo lo que soy, no en vano te dejo ver de mí, hasta aquello que me avergüenza, te dejo verme, me animo a verme a traves tuyo.
Y que no por nada te entiendo, o quiero entenderte, que no por nada dejamos ser la violencia, pero pronto la acorralamos (o no tan pronto, pero es la intención la que vale), que no por nada nos damos la mano, pese a toda situación externa, que no por nada nos miramos con alta tensión, que no por anda buscamos las mismas cosas en un final, lejano o no… que no por nada nos escribimos… que no por que sí, una persona como vos, se abre conmigo así, de ésta forma, y de tantas, cuantas otras mas.
Creerlo o no, mi nariz experimenta la sensación de los olores de riquísimas flores, mi cuerpo relaja los hombros, mis ojos siguen desorbitados, mi éxtasis se hace… lento.
Creerlo o no, pero creo. Y los sueños me empujan todos los días. Yo les creo, como le creo al viento.
viernes, 13 de noviembre de 2009
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