
Acá una vez mas, esa misma ilusión que lleva a la colina de un bosque a sentirse alta, bella, pura, llena de paz y con esa calidez particular.Acá, una vez más, donde son los colores que penetran en la sensación que te mueve el alma y baila con ritmos indefinidos…
Ahora, donde leyendo un libro te encontrás despegando los pies del suelo y agitando las manos para volar. Cuando los círculos parecen cerrar, cuando las anécdotas aparecen, nos despeinan y nos soplan la cara. Y se ríen de vos y se ríen de mí.
En sutileza, sencillez y algarabía se ven concretas las nubes etéreas. En comprensión, amor y deseos se ven los sueños mas abiertos. En pasión melodías y noches melancólicas se ven tus ojos; y los míos, mirándote. En el aire veo los brillos de un bosque misterioso y en mis ojos su matiz. En caricias la grandeza de lo simple, en palabras las miradas de lo nuestro, en destellos de claros acordes, en caudales de agua brava… y en esa rama, el dorado del sol, del rey y de vos.
Parpadeándole a la luna, cerrando los ojos y entregando el cuerpo al viento. Y “volar tranquilos por la espesura de esas nubes, aún sean éstas cargadas de tormenta…”Y “ser violeta de tus tardes viendo ramas en los árboles. Recorrer un camino de colores puros y vivos. Caminar al horizonte de colores que todo lo tiñen. Colorearnos y persevero, de los colores que mezcla el amor”.
Ojos que rebalsan la sencillez de lo completo… la alegría de lo sencillo, la calidez de amarte y esa hermosa sensación de formar parte, de tu parte.
“Entonces se dio cuenta de que no tenia nada que ganar ni nada que perder. Se sentó y toco la misma melodía que había tocado tantas veces para su maestro en el pasado. Cuando termino se hizo un largo silencio. Luego se oyó la voz del mas viejo, quien dijo con suavidad desde el fondo de la habitación: ¡Como un dios!”. CITA.
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