Sentís nervios, te agrupas, gritas.
Arrebatas algún abrazo que se presta a darte calma.
Te aprisionas en la sensación que se oculta tras tu mirada.
Caminas alrededor, percibís los brillos...
Mientras todos murmuran por lo bajo,
tarareas las melodías que acompañan al piano.
Observas casi atónita, con ojos emotivos.
Sentís su respiración cada vez mas agitada.
Te acelera un listado, que minuto a minuto corre...
te espera tu momento, que llegó sin darte cuenta.
Lento y a paso ligero, pero lento y algo rápido...
Te confunde, te confunde y tengo miedo.
Y así, se acercó, te ganó la gravedad. Y el tiempo,
que nada lo detiene te posiciona en tu lugar.
Felicidad extrema y adaptación mediante al sistema.
Te gana la emoción, te come la cabeza...
Y el cuerpo ya no aguanta, se larga en llanto...
Te agobia el calor, pero... pero... sigo, sí sigo.
Y así entre conmoción y dolor de panza, aplausos.
Aplausos que llenaron tu alma en lo mas hondo...
y sin importarles te alegraron el corazón y lo poblaron de mariposas, que aún hoy resuenan y vuelven a estremecer tus lágrimas, tu piel... y el calor de todo tu cuerpo.
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