Te sorprendes al mirar alrededor tuyo.
Buscás algo que creés no encontrar, pero ahí esta.
Buscás algo que creés no encontrar, pero ahí esta.
Mi teoría se compone de varios ítems que probablemente vayan perdiendo el hilo conductor…
Algunas veces te pasan cosas. La vida te presenta desafíos y la vida te muestra caminos. Pero no te deja ver como termina. Una vez leí que alguien decía repetidas veces que no es necesario ver el final de la escalera para avanzar hacia el primer escalón (creo que lo citaron de algún filosofo conocido).
Y yo comparto su convicción. Y no lo llamo teoría.
Una vez tuve una caja donde guardaba todo aquello que me traía a la memoria a alguien que formó parte de mi historia. Por diferentes razones nuestras vidas nos fueron mostrando diferentes facetas y fuimos dibujándonos en distintos colores.
Algunas veces te pasan cosas. La vida te presenta desafíos y la vida te muestra caminos. Pero no te deja ver como termina. Una vez leí que alguien decía repetidas veces que no es necesario ver el final de la escalera para avanzar hacia el primer escalón (creo que lo citaron de algún filosofo conocido).
Y yo comparto su convicción. Y no lo llamo teoría.
Una vez tuve una caja donde guardaba todo aquello que me traía a la memoria a alguien que formó parte de mi historia. Por diferentes razones nuestras vidas nos fueron mostrando diferentes facetas y fuimos dibujándonos en distintos colores.
Nuevamente la teoría cobraba vida.
Tuve el impulso de ver una vez mas dentro de esa caja de cosas materiales, que poco valen comparado con la riqueza de las vivencias. Muchas cosas. Finalmente pude recapacitar, sentada en un rincón de mi casa con la luz de un atardecer caluroso de diciembre que entraba por la ventada del octavo piso. Creo que fue un momento "clave", donde la primera frase de este escrito tuvo mas peso.
Te sorprendés al mirar alrededor tuyo, y efectivamente yo me sorprendí. Me sorprendí de estar sumergida en mi misma, disfrutando de la vida, del día a día, del sol y también de las estrellas, de la luz de la luna que tantas lágrimas había hecho caer de mis ojos. Y así sin más, me descubrí limpia y pura ante este universo tan grande. Y mi compromiso, aquel que recité años antes, se hizo valer:
“soy una mujer segura y libre dando y recibiendo amor disfrutando plenamente mi vida”
Pude oler la suavidad de aquellas hojas, bordeando la avenida, que el viento hacía bailar al ritmo de los camiones y la contaminación.
En ese instante dejé salir de mí todo rencor, que ya estaba corriendo afuera y que hoy veo tan lejano.
Esta caja sigue siendo mía y teniendo un valor para mi pasado. Pero al verme con los ojos secos en ese momento (del cual ya hace mucho tiempo) supe que había barrido la mugre y había prevalecido el beneficio del buen recuerdo.
Tuve el impulso de ver una vez mas dentro de esa caja de cosas materiales, que poco valen comparado con la riqueza de las vivencias. Muchas cosas. Finalmente pude recapacitar, sentada en un rincón de mi casa con la luz de un atardecer caluroso de diciembre que entraba por la ventada del octavo piso. Creo que fue un momento "clave", donde la primera frase de este escrito tuvo mas peso.
Te sorprendés al mirar alrededor tuyo, y efectivamente yo me sorprendí. Me sorprendí de estar sumergida en mi misma, disfrutando de la vida, del día a día, del sol y también de las estrellas, de la luz de la luna que tantas lágrimas había hecho caer de mis ojos. Y así sin más, me descubrí limpia y pura ante este universo tan grande. Y mi compromiso, aquel que recité años antes, se hizo valer:
“soy una mujer segura y libre dando y recibiendo amor disfrutando plenamente mi vida”
Pude oler la suavidad de aquellas hojas, bordeando la avenida, que el viento hacía bailar al ritmo de los camiones y la contaminación.
En ese instante dejé salir de mí todo rencor, que ya estaba corriendo afuera y que hoy veo tan lejano.
Esta caja sigue siendo mía y teniendo un valor para mi pasado. Pero al verme con los ojos secos en ese momento (del cual ya hace mucho tiempo) supe que había barrido la mugre y había prevalecido el beneficio del buen recuerdo.
Sobre todo de mí misma, en aquel proceso.
Y, sin sorpresa, el "hilo conductor" se perdió. Mejor dicho, jamás existió. Fue sólo una excusa. El puntapié para dejar volar la expresión, sin culpa, sin rencor, sin pudor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario