sábado, 22 de agosto de 2009

Todos terminan por caer
en la vorágine del viento.
Aún yo, que con paciencia
regalo mi tiempo a la brisa,
suspiro los campos de otoño
y en equilibrio confundo intención.

A todos nos roba
la vorágine del viento.
Apurada, fría y fuerte
nos quita paciencia.

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