y surge la luz de los andenes
mugrientos de tanta sed.
y vuelve la vida en los vagones
cargados con tanta miel.
calma la lluvia los reclamos
de salvaje poder
que en tus ojos encontraron
un precioso amanecer.
sabia canción del campo, deja tanto de correr
que en mi habitación escondo la luna que me deja ver.
claro y claro sonido de tu voz en mi balcón.
me hundo en tu claroscuro, me hundo entera en tu pasión.
los duendes me desafian
cantan al ritmo, y mi piel
que sacude la vida en los vagones
y deja un dulce aroma de miel.
lunes, 27 de julio de 2009
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1 comentario:
Hola.
No sabía que te gustara rimar en la poesía.
Lo haces bien, y bueno... las imágenes que presentas son muy bellas.
¿Qué se puede hacer con la luna escondida en la habitación?
¿admirarla? ¿charlar con ella? ¿seducirla? ¿beber un cartón de cervezas?
Muy lindo poema.
Gracias.
Ciao.
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