Le tengo miedo al fracaso y pánico al éxito; pero..¿cómo lograr un triunfo, sino batallando contra la inseguridad?
Y, de ser necesario, dar yo el primer paso y declarar la guerra.
Quiero quererte, se quererte. Quiero ser yo. Me quiero, me odio. Dame mas.
Odio parecerme a vos y amo ser igual a vos.
Odio ser mujer y amo sentirme tan mujer.
Controversias, indecisiones.
Amo ser yo pero me odio a veces.
Miedo; odio el miedo pero este de ahora me gusta.
Y ver del entero ambas mitades. Elegir la mas jugosa y comerla primero. Cabe la posibilidad de que para la segunda ya no tengas mas hambre.
Disfrutar el instante.
Si es verdad que el mundo de los niños es un “mundo mágico”, entonces debemos estar contentos de que al menos una partecita de nuestra alma aún vive ahí.
Cada vez que se ilumina la mirada, es por que fuimos de visita, vestidos de niños, como Peter Pan.
Hacía un rato que no vivía la magia de lo cotidiano y aunque sigo con una cubierta de miedos, me atreví a un poquito mas y de a poco empecé a mirarlo a los ojos.
Tal fácil dar un consejo y qué difícil recibirlo.
Qué fácil recibir cariño, pero tan difícil abrirse a darlo.
1 comentario:
Preguntaste una vez: “¿Cómo se hace para acceder nuevamente a la vorágine diaria?” ¡Vaya pregunta! Quizá sea más perspicaz, o más retorcidamente “realista”, preguntar si es posible salir de la vorágine diaria para poder después acceder nuevamente a ella. Puede que esto sea un consuelo que sirva de refugio, o de pasamanos para no perder el equilibrio en una escalera caracol extremadamente estrecha y frágil. Y es en ese punto, que acaba de marcar este nuevo comienzo, donde creo que no tenemos posibilidad, punto que por cierto, ha de marcar este nuevo final.
La rutina es inescrutable… la rutina es como una sopa, y cada uno de nosotros es como un fideo… El problema radica en que los fideos se pasan si dejamos que la cocción sea exagerada. Tenemos que cocinar bien nuestra sopa, o ayudar a cocinar la de todos; tenemos que controlar lo único que podemos controlar… la cocción de nuestra sopa; pero lamentablemente, o tal vez afortunadamente, no dominamos el fuego, no podemos apagarlo, o moderarlo, y menos detenerlo. Así que no queda más que nadar de la mejor manera posible en nuestra sopa, disfrutar de nuestro sabor, y de su sabor; acompañar con gusto a los demás componentes de ésta sopa vetusta, acompañar a los “zanahorias”, a los “papas”, a los “cebollas”. Absorber las especias, tanto la sal como la pimienta, y saber rico a la hora de servirse, para que el llanto no sea de tristeza, por las piedras que no se pisaron para caer, sino de alegría, por haber pisado la gran mayoría, y haber caído con digna injusticia cruel.
2009/Febrero
PD: Un primor esta “espontaneidad”, Nuri. Un primor tu espontaneidad. No quiero ser cursi, pero tengo el corazón hinchado de la emoción. ¡Suspiros copan mis jadeos en este instante pesado como el plomo, en el que sos el objeto de estas ínfimas palabras! No voy a felicitarte diciendo: “te felicito”, ya lo he hecho; voy a decirte lo mejor que le pueden decir a alguien que gusta de escribir: pusiste en palabras algo que yo sentía desde hace mucho tiempo, y eso me hizo dar cuenta de que no estoy tan solo aquí. Te quiero mucho Nuri, y doy las gracias a las deidades en las que no creo por haber impuesto la causalidad que no domino y haber conjugado la circunstancia de haberte conocido.
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