lunes, 12 de enero de 2009

..travesías.travesuras..

Un ojo travieso seduce en su curiosidad y aunque los demás no responden su atónita y transparente mirada, él sigue; viaja. Y sueña en aquel ruidoso y sucio medio de transporte que lo lleva, como es usual, a la rutina diaria; abundan redundancias, malos tratos y humedad. Sin mirar, observa alrededor, mientras revisa el peculiar pensamiento que lo sustrae de su realidad musical en un acercamiento mañanero. Cada tanto el vivaracho también se cierra y ve para adentro; los indicadores le muestran un nuevo escepticismo desconocido y compañero para el momento específico de hoy.
En el reciente despertar encuentra compañeros que hablan de lo mismo y en su idioma. Oscuro y verde al sol, subiendo entre escalón y escalón, se detiene. Piensa y de par en par sus pestañas dejan entrar la luz que repentinamente aclara su visión y la percepción de los demás. Se vuelve claro y lleno de líneas, curvas, colores, profundidad y hasta un lunar. Es, en ese momento, ni más ni menos que quien quiere ser. Y es libre. Y es mujer. Y es hermosa.
Aquel perfume y aroma masculino de esa piel que recuerda, de a poco entran en su universo y en su más cercano círculo de interacción. Juguetón, saltarín e inquieto, como le es habitual, remolonea en pensamientos y duerme en sueños. Se acuesta en nubes blancas y acaricia su pelo por la mañana, mientras los primeros rayos abundan en la habitación… y lo mira dormir, con su pupila dilatada que hace más grande la hendidura de su expresión.

Y el ojo travieso sedujo en su curiosidad y los demás no prestan atención. Pero esta vez, gira a la derecha y tropieza; ahora si lo miran… y ríen tímidamente con él.

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