Hoy la ciudad tenía un olor distinto
Salí de nochecita, sola... a buscar helado.
Sola.
Caminé cuatro cuadras... sola y...
no se qué pasaba.
No entendí ese aire diferente que corría.
No sé.
Percibí algo distinto.
Un olor distinto.
La lluvia recién empezaba.
La luz oscura de la noche.
La noche en la ciudad con ese olor a algo nuevo.
Mientras va tomando forma la nueva estructura alrededor,
yo, la cama, el chocolate y una extraña película
con pelucas, desnudos, fotografías y música de los ´50...
vemos la noche del domingo, que se va.
Quiero un abrazo con sentimiento.
Que me aprete más allá del cuerpo.
Que no alcancen las manos en el afán de llegar al otro lado.
Que no aguante la respiración.
Quiero un abrazo que me llene el corazón.
Extraño esa sensación de despertarme con él y terminar el domingo de la mano con los pies.